Qué fue de las cámaras motorizadas que se escondían en el móvil en busca de la pantalla infinita

Qué fue de las cámaras motorizadas que se escondían en el móvil en busca de la pantalla infinita

Una forma diferente de conseguir una pantalla libre de elementos como absoluta protagonista que llegaron a replicar las principales marcas del ecosistema Android

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Oneplus 7 Pro

El diseño de cualquier producto está fuertemente influenciado por las modas y las obsesiones del sector y si hablamos de los móviles, hay una que lleva años en primer plano: un frontal todo pantalla. Los paneles OLED ayudaron a reducir bordes, pero la cámara frontal sigue siendo un escollo todavía vigente. Hay quien lo resolvió con un agujero, otros con un notch que acabó evolucionando en isla dinámica y hay quien se la jugó con una artimaña diferente: integrando la cámara selfie en una pieza motorizada.

A priori añadir una pieza con movimiento no suena demasiado bien en términos de usabilidad y resistencia al paso del tiempo, pero si el mecanismo es lo suficientemente robusto como para que no acorte la vida útil estándar y tiene su razón de ser, por qué no. Que se lo digan a los plegables, que parecen haber llegado para quedarse. No corrieron la misma suerte los móviles con cámaras motorizadas, los protagonistas de este artículo donde no están todos los que son, pero sí son todos los que están.

Quien se arriesga remando a contracorriente con las modas tiene dos destinos posibles: ser el pionero que marque tendencia o descubrir que por un motivo u otro, la idea no resultó tan buena. Tengo que decir que conozco gente que tiene un móvil con cámara delantera motorizada y ahí siguen, el móvil y la protuberancia para selfies, ambos en buen estado. Lo que no existe ya son las propias cámaras pop up, cuyo boom (por decir algo) podemos acotar en la franja temporal de 2018 a 2020.

Un objetivo: la pantalla infinita

Ojo, no es que empezaran en 2018, porque antes, cuando Honor y Huawei estaban agrupados en un mismo conglomerado, lanzaron el Honor 7i y el Huawei Shot X (el mismo modelo, pero lanzado en diferentes mercados). Otras marcas habían señalado esa estela, como OPPO y sus OPPO N1 y N3 con cámaras rotatorias. Pero volvamos a 2018, concretamente al MWC 2018, la feria donde conocimos el concepto del Vivo Apex, un teléfono capaz de desplegar su cámara delantera en 0,8 segundos para conseguir así un 98% de pantalla.

Oppo OPPO Find X

De un concepto pasamos a una realidad que llegó a venderse en Europa: el OPPO Find X, todo un buque insignia con un módulo donde se integraban cámaras delanteras y trasera cuyo sistema prometía 300.000 movimientos sin romperse para lograr una pantalla infinita. En el análisis de Xataka el módulo aparecía como uno de los argumentos en contra, por su poca practicidad, lo que se traducía en una experiencia más lenta tanto para el desbloqueo como para fotografía, apartado donde quedaba por debajo de lo esperado por su propuesta.

También Xiaomi se lanzaba a la aventura de las cámaras pop up con su Xiaomi Mi Mix 3, otro gama alta con cuerpo deslizable para desplegar la cámara para esquivar el notch, agujero u otros artificios, consiguiendo así un terminal impresionante a la vista. Desgraciadamente, tampoco nos convenció a nivel funcional por sus acabados de cristal resbaladizo y la lentitud a la hora del despliegue, catalogándolo como 'a medio definir'.

Vivo Nex Vivo Nex

Vivo ya había demostrado que tenía interés en ello con ese concepto del Vivo Apex, así que meses después lo materializaba con el Vivo Nex, con lector de huellas integrado en pantalla y una cámara frontal en el interior de un mecanismo retráctil mínimo para lograr un 86% de superficie despejada. Eso sí, según nuestra experiencia era más llamativo que funcional.

El mecanismo se depura y comienza a democratizarse

Hemos visto que Xiaomi probaba en la aventura con uno de sus gamas alta, pero otros como OnePlus echaban toda la carne en el asador con su OnePlus 7 Pro en 2019, donde en su módulo retráctil para la cámara selfie se apreciaba cierta mejora respecto a lo anterior, pero aún con la traba de requerir un segundo para desplegarse para fotografía o desbloqueo facial. A finales de ese mismo año repetía con el OnePlus 7T Pro en una apuesta continuista.

Hasta ahora nos hemos encontrado módulos motorizados de anchura completa y con una pieza mínima, como puedes ver en las fotos, pero en verano de 2019 una aleta de tiburón aparecía en escena con el OPPO Reno, un gama media con un diseño premium y un mecanismo mejorado respecto al Find X para que resulte menos estridente, movimiento más suave y rápido (despliegue en 0,8 segundos), menos atractivo para el polvo (porque tenía menos rendijas) y hasta cinco años de funcionamiento. En resumen: el mecanismo de las cámaras motorizadas está evolucionando a mejor.

Hemos hablado de marcas chinas relativamente modernas en el viejo continente, pero la popularidad del mecanismo de cámaras motorizadas no conoce fronteras y Samsung apuesta por él en un modelo de gama media: el Samsung Galaxy A80. Y lo hace a su manera: desmarcándose de las cámaras frontales periscópicas para instalar una triple cámara reversible y ambivalente. La idea era llamativa y atractiva, en tanto en cuanto se ahorra en sensores y además posibilita usar las cámaras traseras para selfies, pero la ejecución no nos convenció. En una frase: 'qué buena sensación con una pantalla casi infinita, pero qué poco práctico lo del módulo'. Samsung debió pensar lo mismo, porque una y no más.

A80 Samsung Galaxy A80

Más gamas media hicieron su aparición con algún tipo de mecanismo a lo largo de 2019, como el Realme X  en mayo de 2019 (con un precio al cambio ligeramente inferior a 200 euros), los Honor 9X y Honor 9X Pro, este último ya sin los servicios de Google; los OPPO Reno 2, OPPO Reno2 F y OPPO Reno2 Z con mecanismos de aleta de tiburón y tipo pop up. Cierra el año el Motorola One Hyper, un gama media de otra marca más que se sube al carro y otras bazas como su software, el tamaño de la pantalla o una batería bastante generosa acompañada de carga rápida por menos de 300 euros.

En un momento a priori prometedor en el que seguían permeando entre los diferentes segmentos y gamas y ya no aparecen como un hándicap en los análisis, las cámaras motorizadas se cerraron para siempre. El año del COVID-19 fue también el del adiós, una época convulsa en todos los sentidos donde todo se detuvo o freno irremediablemente su ritmo, incluidos los lanzamientos. En ese escenario, dejaron de estar presentes en gamas altas como el OnePlus 8 Pro y también en marcas que habían apostado con fuerza con ellos, como Vivo u OPPO.

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